Informe Musical Semanal cuando se te caen mitos

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Esta semana veía uno de los últimos vídeos del canal de Musica Radar Clan abordando el tema de actualidad de nuevo de Michael Jackson y sus conductas «reprochables» a raíz del documental que se estrenó no hace mucho. En dicha reflexión, se abordaba el debate de si por moral hay que dejar de valorar la obra artística de quien ha sido un trápala y cuyos valores personales distan mucho de la calidad de su obra. En este sentido e hilando con el tema, ayer me vi la peli Lord of Chaos sobre la historia archiconocida del Inner Circle, Mayhem y las 27 puñaladas de Varg Vikernes a Euronymous. Más allá de valorar la calidad de dicho film- sin aportar nada nuevo tampoco me parece tan estrepitosamente ínfame como he llegado a leer- la sensación y poso que me dejaba era la de si por haber en algún momento comulgado con parte de la obra de Burzum estaría apoyando a un cabeza de chorlito a la par que asesino. Convine finalmente de manera bastante similar a la de Víctor en el citado vídeo, los discrusos morales no tienen por qué empañar la calidad o importancia de una obra artística. El rock y el metal siempre ha estado atestado de rufianes y seres de bastante bajeza moral, lo cual no debe impedirnos juzgar con la objetividad necesaria sus obras, mal que nos pese. Vikernes es de la peorde las calañas sí, pero sus producciones con Burzum -y sus acciones más allá de los estrcitamente musical- son parte de la historia del metal para bien o mal.

RED EYE: Tales from the Days of Yore

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El españolito medio sólo será capaz de asociar a la ciudad malagueña de Antequera sus dólmenes y paisajes de El Torcal y sus no menos importantes molletes. Ahora también habrá que empezar a meter en la ecuación a una formación que anclada en el doom-stoner ha lanzado una de las mejores obras que he podido escuchar en este 2019. Tremenda ensalada de riffs es lo que contiene la carta de presentación del cuarteto RED EYE. Seis canciones en las que el espíritu distorsionado de Tony Iommi y los guitarrazos pétreos de Matt Pike encuentran su momento en temas tan redondos como Encounter, Azathoth o Hall of the Slain. En la primera ya no nos llevan a engaños los guitarrazos de Antonio Campos y Pablo Terol. Temas largos desarrollados en torno a riffs y el tempo propio del género con ciertos toques y aderezos psicodélicos cuando toca, como es el caso de la más experimental  y dispar del conjunto Yagé o el descuelgue del solo final de BHC. Crujido de amplificador y olor a válvulas quemadas es lo que desprende un disco que se publicó hace un mes y medio y que no he tenido el tiempo necesario para paladear hasta estos días. En la línea ascendente del género patrio e incluso superando los últimos trabajos de gente como Aathma, Hela o los cordobeses Grajo. Mucho va a tener que rugir lo nuevo de Adrift para que esto no se alce con el cetro de disco pétreo metalero del año nacional. Brutal.

 

BRUTUS: Nest

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BRUTUS nos habían dejado con el culo torcido tras un primer espectacular y épico adelanto de este Nest, y por fin la pasada semana publicaron la totalidad de un segundo disco que les va a valer para escalar en el panorama internacional y posicionarse como una de las formaciones con más proyección y presente dentro del hardcore. Dicho esto, es difícil quedarse y encasillar a este disco dentro del citado género musical ya que el trío belga amplía bastante sus miras en ciertos temas saliéndose de los patrones que comandan el post-hardcore y afines. La galopante entrada con Fire anuncia estopa y zapatilla sin embargo hay golosinas más melódicas y accesibles en cortes como en Carry donde Stefanie, la batería y cantante, se sale en varias estrofas de su particular registro de gritos desgañitados sin desentonar. Una dicotomía que ya conocíamos de la espectacular y rabiosa War. Más en la senda de la velocidad y furia de unos Converge o Rolo Tomassi melódicos y algo «domados» discurren canciones como Blind, Cemetery o Horde V que es la que más se acerca con una intro instrumental brutalérrima y una exhibición a las baquetas digna de Ben Koller. El cierre con Sugar Dragon y su ramalazo épico, donde me recuerdan a Cult Leader por momentos, también suman y mucho con una catarsis final que pone un broche inmejorable a un gran trabajo. En el lado negativo poco más que citar aparte de la insulsa Space. Un discarral que se va a colar en lo mejor del año de chorrecientas listas cuando llegue la recapitulación de Diciembre.

 

Spirit Adrift: Tortured By Time

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Temita nuevo de adelanto de Spirit Adrift y otro arsenal importante de guitarrazos es lo que contiene la canción en cuestión. Tortured By Time en sus cinco minutos contiene suficientes giros y riffacos como para seguir esperando a la publicación de su nuevo disco con la baba asomando por la comisura de los labios.  Canela final esa línea de guitarra ultramelódica para rematar una gran canción.

 

The National: Light Years

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Con The National cada vez me pasa más que me empiezan a aburrir soberanamente. No arreglan la sensación en este sentido con la nueva pieza publicada denominada Light Years. Turno ahora de una suerte de balada apoyada en el piano y en la voz de Matt sin que en ningún momento sienta emoción o me embelese el hombre de profunda voz como sí ocurría en el pasado. Decepcionante.

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